INSTITUTO BIBLICO EDUCATIVO NACIONAL PEÑA DE HOREB
sábado, 16 de agosto de 2014
METODOLOGÍA BÍBLICA
Estudios De La Biblia Por Sus Métodos
El Método Inductivo
La palabra “inductivo” viene del verbo inducir, y éste del latín inducere, que es un antónimo de deducir o concluir. La inducción, nos dice el diccionario, es “un modo de razonar que consiste en sacar de los hechos particulares una conclusión general”. Por tanto, denominamos método inductivo aquel mediante el cual se somete un pasaje bíblico a investigación, con el fin de obtener conclusiones generales sobre su contenido. El método opuesto es el “deductivo” que partiendo de una premisa predeterminada, procede a establecer una base bíblica en su apoyo, empleando varios pasajes. Ambos métodos se pueden ilustrar así:
Método inductivo.
Método Deductivo.
El método inductivo no se emplea únicamente para el estudio de las Escrituras; es también muy usado en la investigación de las ciencias experimentales, y se basa en tres principios de operación:
1. La Observación Descubrir lo existente.
2. La Interpretación Determinar su significado.
3. La Aplicación Apropiar los resultados.
Por observación entendemos el acto de considerar con atención el estudio intenso de algún objeto, asunto o relato; la práctica de la observación es indispensable, porque nos permite saturarnos del contenido del pasaje. Por eso debemos formarnos este hábito de tal manera que nunca leamos una frase o pasaje bíblico sin observarlo cuidadosamente. Consta de cuatro partes principales:
1.- La Observación de palabras o términos. La Biblia contiene miles de palabras con significado oscuro o desconocido. Otras veces las palabras se usan en sentido figurado, y no quieren decir en el pasaje lo que significan en el uso común.
2.- La observación de las relaciones entre las palabras se les llama estructuras. Las estructuras se relacionan entre sí por medio de palabras que adoptan la función de “eslabones”.
3.- La observación de formas literarias generales. El pasaje que estudiamos puede ser prosa, poesía, drama, parábola, literatura apocalíptica, etc.
4.- La observación de la atmósfera, puede ser de compasión, tristeza, dolor, amor, alegría, humildad, ternura o alguna otra.
El segundo principio de este método es la interpretación. El propósito aquí es determinar el significado de lo que el autor escribió. En este caso la imaginación se convierte en una valiosa herramienta que nos ayuda a transformarnos a los tiempos bíblicos, y sentir, pensar y actuar, como lo hicieron los escritores.
El resumen de la interpretación, apoyado en la evaluación anterior, este paso consiste en adaptar las enseñanzas del pasaje a nuestras circunstancias particulares, y en apropiar lo que sea de utilidad a nuestra vida personal.
El Método Analítico
La palabra analítico tiene su origen en el término griego análisis que significa “Descomposición”. En el estudio de la Biblia quiere decir separar o desmenuzar las partes de un pasaje con el fin de arribar a la médula de su contenido. El método opuesto es el sintético, en el cual se realiza la labor contraria, esto es, se resume y compendian las enseñanzas para poseer un cuadro general y completo de una determinada porción bíblica.
El análisis de que hablamos principia con una porción entera, que en este caso invariablemente debe ser un párrafo, y nos lleva hasta la frase o pensamiento que nos interesa en particular.
La gran utilidad de este método reside en que el estudiante se ve forzado a analizar el texto bíblico, y no los comentarios sobre la Biblia; tres son los pasos principales del proceso analítico.
1.- El examen estructural Reorganización del texto Bíblico.
2.- El bosquejo del contenido Presentación sistemática de los pensamientos del Escritor.
3.- Las observaciones Búsqueda de enseñanzas Pertinentes.
El primer paso consiste entonces, en colocar en orden lógico las declaraciones del escritor, de tal manera que a simple vista podamos tener todo el desarrollo de su pensamiento en forma bien organizada. De Juan 5:1-5.
El segundo paso del análisis consiste en formular un bosquejo. Este bosquejo debe apegarse al texto lo más posible, de manera que podamos presentar en forma sistemática del pensamiento del escritor. He aquí un bosquejo del párrafo citado arriba: La victoria del creyente.
Estamos listos para proceder al tercer paso. La observación deberá girar en torno a siete preguntas fundamentales. Las respuestas a éstas constituirán el verdadero fruto del estudio analítico. Las preguntas son: ¿Qué?, ¿Cuándo?, ¿Dónde?, ¿Cómo?, ¿Por qué?, ¿Quién?, ¿Para qué?
El Método Sintético
A este sistema de estudio bíblico también se le conoce como “el método del Dr. Gray”, debido a que este célebre siervo de Dios, por muchos años decano del Instituto Bíblico Moody en Chicago, escribió un libro entero cubriendo de Génesis a Apocalipsis, basándose en tan singular método. El estudio sintético es la labor de compendiar o resumir lo más posible, un pasaje, para obtener un cuadro general, pero completo.
La piedra angular de este método es la lectura repetida de un libro de la Biblia a la vez. Durante las repetidas lecturas de un libro, se recomienda tener en mente tres distintos aspectos:
A.- El tema central del autor.
B.- El desenvolvimiento.
C.- El bosquejo del contenido.
1.- Trabajemos en el libro de Job aplicando los pasos anteriores, y observaremos la forma como se puede arribar a la comprensión fundamental de su contenido. Las primeras ocasiones que lo leamos, buscaremos su tema central. Tal vez nos parezca que ese tema pueda ser el significado de la lucha entre el bien y el mal, y sus resultados, bajo el gobierno de un Dios sabio y todo poderoso.
2.- El siguiente paso consiste en leer Job nuevamente, ahora con el tema central en mente, observando cómo el autor desenvuelve su argumento.
3.- Con el material anterior cuidadosamente anotado, estamos listos para formular un bosquejo. Como se ha podido ver hasta aquí, la organización del material bíblico es siempre un proceso fundamental e imprescindible para el estudio provechoso. El Dr. Gray bosqueja el libro Job en esta forma:
I.- El prólogo.
II.- El diálogo.
III.- Las palabras de Eliú.
IV.- Las Palabras del Todopoderoso.
V.- La respuesta de Job.
VI.- El epílogo.
Para elaborar el bosquejo resulta ser de gran ayuda tomar en cuenta la división de capítulos, párrafos y versículos ya que el estudiante necesita encontrar las unidades de pensamiento para irlos acomodando en forma organizada. Sugerencias generales para facilitar el trabajo con este método.
1.- Cada vez que se lea el libro, léase completo y de una sola vez, a fin de mantener frescos todos los detalles de su contenido.
2.- No haga uso de libros de consulta. Satúrese solo del texto bíblico, y luche porque su mente trabaje con diligencia en los descubrimientos necesarios.
3.- Cada vez que lea el libro, procure enfocar la mente en un aspecto distinto de la narración puede ser el histórico, doctrinal, geográfico o biográfico.
4.- Al leer, transpórtese mentalmente a la época, las circunstancias y el trasfondo del escritor.
El Método Crítico
La palabra crítico proviene del término griego (krino) krino, que quiere decir juzgar así entonces, se llama Crítica Bíblica a la ciencia que busca por medio de una detallada y cuidadosa encuesta, establecer las palabras exactas de los manuscritos, versiones y citas, y determinar la composición, fecha paternidad literaria, y valor histórico, según se encuentra juzgado por la evidencia interna. Se divide en dos clases o dramas principales: La Critica Baja, y La Critica Alta. Estas también reciben los nombres de Histórica y Textual, respectivamente como su nombre lo indica, la Crítica Textual es la que se encarga de verificar la exactitud del texto bíblico.
Hoy en día existen alrededor de 5,338 copias completas o en parte, copiadas a mano, mas cientos de copias de algunas de las primeras traducciones hechas, más la evidencia de las citas bíblicas en los escritos de los padres de las iglesia primitiva. Sin embargo no existen dos copias que sean exactamente iguales, y mientras más grande sea el número de copias, mayor será el número de diferencias (o variantes) entre ellas.
Por lo que toca a la crítica histórica, se ocupa de trabajar empleando los resultados de la crítica textual aceptando como un hecho que se posee el texto correcto, procede a confirmar las afirmaciones que el texto hace en relación con su paternidad literaria, a la fecha en que se escribió, la veracidad de su mensaje, la unidad de su estructura literaria, y declaraciones similares. Para tal efecto es preciso elegir primeramente un libro que constituya la unidad básica de estudio. Luego realizaremos el estudio investigando las siguientes áreas.
1.- Paternidad Literaria ¿Quién fue el autor del libro?
2.- Destinatario ¿A quién se escribió?
3.- Lugar ¿En dónde se escribió?
4.- Fecha ¿Cuándo se escribió?
5.- Propósito ¿Cuál era el objetivo del autor?
Para establecer la paternidad literaria de un libro de la Biblia, es necesario depender de las evidencias que encontraremos dentro y fuera de él.
En ocasiones es fácil determinar el destinatario, es decir, la persona o personas a quienes se escribió el libro.
Pocos libros de la Biblia mencionan dónde fueron escritos.
Las fechas en que se escribieron los libros de la Biblia si son de importancia estratégica, ya que con frecuencia se encuentra íntimamente ligadas al problema de la paternidad literaria.
Por último, nos interesa descubrir el propósito que el autor haya tenido al escribir su libro.
El Método Tipológico
Este no es para los aprendices. No recomendamos su uso cuando, apenas se comienza a conocer el contenido de la Biblia. Más bien, para ponerlo en prácticas se exige un conocimiento completa de las Escrituras.
La palabra tipológico, proviene del verbo griego tupo que significa golpear, y del término tupco, que quiere decir la marca de un golpe, una impresión, forma o tipo. Por lo que toca a las diversas clases de tipos, debemos mencionar seis: de Personas, de instituciones, de oficios, de acontecimientos, de acciones y de cosas.
Algunas recomendaciones fundamentales que se deben tener en cuenta para este estudio son:
1. Estúdiense las reglas de la Hermenéutica sobre la tipología.
2. Princípiese con los tipos más sencillos. Por ejemplo los que se hallan en Éxodo 12 y 1 Corintios 5:7-8.
3. Conserve discreción y sentido común.
4. Recúrrase a todas las referencias bíblicas que sea posible para respaldar la interpretación de un tipo dado.
Para aquella persona que desee lanzarse de inmediato a poner en práctica este método, le podemos sugerir los siguientes temas donde encontrará abundante material de esta naturaleza: Adán como tipo de Cristo; Abraham como tipo de Dios; el sacrificio de Isaac y el sacrificio expiatorio de Cristo; José y la vida de Jesucristo.
El Estudio De La Biblia Según Sus Temas
El estudio de la Biblia encierra tres graves peligros.
El primero consiste en el empeño de conocer su contenido, apoyados solamente en la inteligencia, y dependiendo del esfuerzo propio.
Un segundo peligro reside en estudiar la Biblia por un sentimiento de deber religioso. Hay quienes la estudian creyendo almacenar méritos, y en esa forma agradar a Dios. Otros lo hacen movidos por la c reencia de que es su deber destilar toda la información posible contenida en sus páginas. El autor del Eclesiastés escribió: “El mucho estudio es fatiga de la carne”, (Eclesiastés 12:12), y Pablo agregó: “La letra mata....” (2 Corintios 3:6). La Biblia no se debe estudiar como un fin en sí misma, sino como un medio para un fin. No es un libro que tan solo se tenga que leer y aprender, sino más bien, uno que se tiene que vivir. Los métodos de estudio bíblico pretenden enseñar al estudiante la manera de adentrarse en la Escritura, con el propósito de que aprenda a vivirla y no solamente a recitarla.
Y el tercer peligro grave consiste en estudiar la Biblia olvidando que fue escrita con cierto propósito primordial revelarnos a Jesucristo como salvador del hombre. El apóstol Pablo declara que el evangelio de Dios es “Acercar de su hijo” (Romanos 1:1, 3), y especialmente el ministerio del Espíritu Santo se encuentra enfocado a este mismo fin. Cristo declaro: “El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber” (Juan 16:14).
El Tema Biográfico
Este puede resultar un estudio altamente provechoso e inspirador. Se ha calculado que la Biblia menciona cerca de tres mil personajes diferentes, cada uno de ellos con sus características específicas.
Quizá una de las razones por qué resulte tan fructífero este sistema, se ha debido a la verdad variedad de los personajes bíblicos. Se habla tanto de hombres como de mujeres y niños; los hay valientes y cobardes, perversos y santos; algunos alcanzaron gran renombre, otros permanecieron en la oscuridad; de algunos se narran extensas e interesantes biografías, mientras que otros prácticamente se pierden en el anonimato. Pero lo de ellos se narra, constituye una rica fuente de conocimientos en relación con el plan de Dios para la humanidad.
1.- El nombre, lo primero que nos interesa es el nombre.
2.- Los rasgos físicos, no hay que abrigar esperanzas de encontrar mucha información a este respecto.
3.- Antepasados y descendientes, en esta sección la búsqueda tiene que ver con las características de los antepasados y los descendientes del personaje.
4.- Su niñez y juventud, aquí se estudia ya directamente la vida del individuo, buscando acontecimientos o influencias que en una forma u otra moldearon su carácter e influyeron decisivamente en la trayectoria posterior de su vida.
5.- Su ocupación. Estudiemos ahora su trabajo. Encontraremos que éste encierra buen número de facetas diferentes; por ejemplo. Los lugares donde trabajo.
6.- Carácter. Lo que más importa de un hombre no es lo que hace, sino lo que es; por tanto, su carácter es un aspecto clave del estudio.
7.- Su vida espiritual. En gran parte elegimos a un personaje para estudio por las lecciones que su vida espiritual nos pueda ofrecer.
8.- Influencia en su vida. Aquí dedicaremos tiempo a la consideración de todas aquellas influencias ejercidas sobre la vida de nuestro personaje por individuos, circunstancias y fuerzas que modelaron su vida y al final jugaron un papel definitivo en sus decisiones.
9.- Su influencia sobre los demás. Los hombres no son sólo receptores pasivos de los efectos de circunstancias, fuerzas o personas, sino que voluntaria o involuntariamente también una influencia definida sobre quienes los rodean.
10.- El pecado en su vida. Parte de la experiencia espiritual del individuo es, claro está, sus luchas con el pecado.
11.- Conclusiones. Al estudiar los puntos anteriores, habremos acumulado considerablemente información sobre el personaje bajo estudio.
El Tema Histórico
La Biblia se ha constituido en un infalible libro de historia para esos estudiosos. No fue escrita con ese fin, pero sus narraciones se han verificado a través de los siglos, encontrándoseles siempre veraces.
Para el progreso en la aplicación de este método, se recomienda un procedimiento similar al sugerido para el sintético; esto es, principiar con lo general, y avanzar paulatinamente hacia lo detallado y minucioso, en este caso, la primera área de estudio será la Biblia entera. Con esto queremos decir que debemos primero ubicarnos históricamente en relación con todo el período bíblico, antes de concentrar nuestra atención en el pasaje que específicamente nos interesa.
Una vez que contemos con el cuadro histórico general, podremos realizar un estudio más detallado. Este se puede efectuar de tres maneras principales.
Primera, dedicándonos al estudio de un periodo especifico de la historia bíblica. Por ejemplo, el tiempo de los jueces aquí es posible adentrarse en los detalles y circunstancias de este lapso de la historia de Israel. El reino de Salomón sería otra época rica en enseñanzas.
La segunda forma es estudiar la perspectiva histórica de un solo libro. La comprensión exacta de algunos de ellos, en gran parte depende de los antecedentes que poseamos sobre los eventos que allí se narran.
Por último se puede someter un solo capítulo al análisis histórico. Cuántos emocionantes descubrimientos nos esperan al estudiar en esta forma, por ejemplo, el capítulo 6 de la profecía de Isaías. Llegaremos a comprender por qué el profeta principia el capítulo aclarando: “En el año que murió el rey Uzías...”.
El Tema Profético
Para muchos cristianos, hablar de profecía significa perder tiempo. Es importante y aun urgente, que nos entreguemos a un estudio serio de la profecía bíblica. Además, no menos que una tercera parte de la Biblia está dedicada a asuntos proféticos, de tal manera que si en verdad nos interesa llegar a conocer la Palabra de Dios, irremisiblemente nos veremos obligados a dedicar una buena parte de nuestro tiempo a ellos.
Profecía es la proclamación de la voluntad de Dios para los hombres, y en ocasiones incluye el anuncio de algún evento futuro como parte del cumplimiento de esa voluntad. La profecía no es la bola de cristal de Dios dada a los hombres para saciar su curiosidad. Es la proclamación de la voluntad de Dios para los hombres, y en ocasiones incluye el anciano de algún evento futuro como parte del cumplimiento de esa voluntad. La profecía no es la bola de cristal de Dios dada a los hombres para saciar su curiosidad. Es la proclamación de su voluntad soberana y amorosa para toda la creación, y su llamamiento a un pacto de fidelidad con el pueblo que es llamado por su nombre, y el cual está listo para seguirlo son el conocimiento previo de hacia donde le lleva. La esperanza que se ve, no es esperanza. Romanos 8:24. Hoy día, la iglesia necesita la profecía más que nunca, no para condenar a los paganos, ni para satisfacer una curiosidad necia, sino para despertar un sentimiento de insatisfacción con nuestra propia situación, y para encender los corazones tibios con una esperanza vital en el glorioso mundo futuro de Dios, el cual será dado a conocer en la aparición de nuestro Señor Cristo Jesús.
Estudiar la Biblia siguiendo este método significa la lectura repetida del libro o porción deseada. Aún cuando en la primera lectura parezca un confuso laberinto de ideas, personajes, lugares, etc., no debemos desmayar, sino seguir leyendo hasta lograr organizar su contenido.
1.- Es de gran importancia ubicarnos en el medio ambiente del profeta.
2.- Se busca también los temas principales del pasaje.
3.- La descripción de la personalidad y las características del mensajero también interesan.
4.- Durante lecturas subsecuentes anotaremos lo más posible, la cronología del pasaje profético.
5.- Ahora enfocaremos la atención sobre los individuos a quienes se dirigió el mensaje de Dios por boca del profeta.
6.- Se debe buscar también los propósitos que Dios haya tenido para enviar a su mensajero.
7.- Enseguida se debe trabajar exclusivamente en los mensajes proféticos.
8.- El siguiente paso será comparar cada mensaje con pasajes similares o paralelos en otras partes de las Escrituras.
9.- Por fin arribamos a la delicada tarea de clasificar el contenido de los distintos segmentos de la porción bajo estudio.
A.- Los pasajes proféticos y los didácticos.
B.- Los mensajes que ya se hayan cumplido, o los que aún están por cumplirse.
10.- Una vez formado un criterio sobre el mensaje de la profecía, resta solamente elaborar las conclusiones y aplicaciones personales.
El Tema Teológico
La teología no es más que el estudio de las enseñanzas contenidas en la Biblia. Frecuentemente se le denomina también como la ciencia que estudia a Dios.
Se denomina ciencia a la teología porque consiste en hechos o verdades relacionadas con Dios y las cosas divinas, presentadas en forma lógica y ordenada. El vocablo religión se deriva de una palabra latina que significa ligar; en otras palabras, la religión representa aquellas actividades que ligan al hombre a Dios en cierta relación. La religión es una práctica, mientras que la teología es conocimiento. La religión y la teología deben marchar unidas de la mano en la experiencia bien equilibrada; empero en la práctica son separadas a veces, de manera que no puede ser teólogo sin ser verdaderamente religioso, y por otra parte, uno puede ser verdaderamente religioso sin poseer un conocimiento sistemático de las verdades doctrinales.
El material con el cual trabaja la teología es la Escritura. Es la Biblia la cantera de donde se desprenden las verdades gloriosas utilizadas en la construcción del edificio de la doctrina cristiana.
Si como hemos dicho antes, la Biblia es la base de la doctrina del cristianismo, es imprescindible que el cristiano, además de otros métodos practique el teológico, buscando cimentar debidamente su fe, y a fin de presentarle un fundamento sólido a sus creencias. Especialmente el pastor, el predicador, el maestro o el misionero, deben familiarizarse con esta forma de estudio, pues de ello dependerá en mucho la solidez de su predicación y enseñanza. Para estudiar la Biblia de acuerdo con este sistema, se ponen en práctica cuatro pasos definidos. Cada uno de ellos, a la vez que es progresivo, pretende llevar al estudiante a la médula doctrinal de la porción elegida.
1.- El descubrimiento. No es raro que leamos muchas veces algún pasaje bíblico sin percatarnos de que contiene profundas enseñanzas doctrinales.
2.- La comparación. La lista de enseñanzas doctrinales que hayamos compilado en el proceso anterior, servirá para iniciar la labor de confrontación entre las diferentes declaraciones del texto.
3.- La organización. Reunidas ya todas las enseñanzas doctrinales de un segmento bíblico, el siguiente paso consistirá en su organización.
4.- La interpretación. El último paso en el método teológico, consistirá en encontrar el significado de las palabras del escrito.
La manera de obtener el significado de las palabras en el pasaje, es por medio del contexto.
El Tema Devocional
Se conoce este método con el nombre de “devocional”, porque acentúa el estudio con el fin de producir la edificación de la vida espiritual del cristiano, llevándole a una experiencia más real de su conocimiento de Dios y de su entrega personal a él.
Este tipo de estudio lo podemos practicar cuando menos de cuatro diferentes maneras:
1.- Progresivo. Para un gran número de cristianos, estudiar la Biblia significa únicamente leerla progresivamente de Génesis a Apocalipsis.
2.- Práctico. Una segunda forma de realizar el estudio devocional, consiste en analizar pasajes que sean adecuados a nuestro interés o a nuestra necesidad espiritual.
3.- Pastoral. La vida cristiana no es una emoción momentánea; es un proceso que dura toda la vida.
4.- Personal. Las Escrituras serán a nuestro corazón dulces como la miel, sólo en la medida en que logremos localizar entre sus páginas a Jesucristo, el Hijo muy amado del Padre, en el cual él tiene su contentamiento.
Una vez elegida la porción que deseamos estudiar, la cual puede ser un libro, un capítulo, un párrafo o un versículo, procedemos a establecer primero la similitud entre las circunstancias en que vivían los personajes del pasaje, y las de los tiempos de Cristo.
viernes, 15 de agosto de 2014
METODOLOGÍA BÍBLICA
METODOS DE ESTUDIO BIBLICO
Es la Biblia uno de los libros traducidos a mayor número de idiomas; ha servido de inspiración para la creación de cuadros, esculturas, composiciones musicales, poemas, artículos, dramas, más que cualquier otro libro. Ha sido el tema central cátedras, sermones, discursos, comentarios, investigaciones, estudios que todos los demás libros escritos.
A través de los siglos éste ha sido el libro sometido al más meticuloso escrutinio, al más severo estudio y a la más despiadada crítica, sin embargo ha logrado permanecer indemne a través de todo, o sea, perfecto sin error, La Biblia es el libro más antiguo, pero a la vez el más vigente, el más profundo, pero a la vez el más sencillo, el más general en su aplicación, pero el más personal, el más increíble, pero el más lógico, el más divino, pero el más humano, el más completo, pero el más claro. Su contenido es el más pesimista, pero a la vez el más optimista, sus acusaciones son las más severas, pero sus ofertas las más amables, sus descripciones son las más crudas, pero sus palabras las más tiernas, sus juicios los más espantosos, pero sus promesas las más inspiradoras.
El objetivo de este libro es simple, pero necesario: consiste en dirigir la atención de nuevo al valor e importancia del estudio de la Biblia en sí, a diferencia del estudio de libros sobre la Biblia y con todo, conocer muy poco el contenido de la Biblia. Estos capítulos han sido planeados para sugerir métodos con qué dominar la materia de la Palabra de Dios, sus hechos y doctrinas. Se podrían sugerir muchos libros que hablan de la Biblia, libros de gran valor, pero esto sólo habría servido para distraer la atención del simple objetivo de este libro, que es el estudio de primera mano de la Escritura.
Se espera que los obreros cristianos de nuestras iglesias puedan hallar en él sugerencias para un conocimiento más pleno de su manual de servicio, y para un uso más eficiente de su arma de combate simplemente, la Biblia, Y si hay en el librito algo que pueda ayudar a los estudiantes de teología y a los que han empezado recién su ministerio, el propósito de escribirlo habrá dado su fruto. No puede haber duda que el ministerio más poderoso y fructífero siempre será el del mismo que, como Apolo, es "poderoso en las Escrituras".
No hay el intento de dar un plan completo de los libros de la Biblia como se puede comprender. Hay otros métodos de estudio bíblico además de los mencionados aquí, y aun estos pueden ser desarrollados en direcciones adicionales. Todo lo que se espera es que sean hallados valiosos como fuente de sugerencias, que sean un incentivo para estudio ulterior.
Estas y muchas son las razones por las cuales debemos estudiar la Biblia.
¿POR QUE ESTUDIAR LA PALABRA DE DIOS?
PORQUE NOS REVELA LA VOLUNTAD DE DIOS.
La Biblia es digna de nuestro estudio y reflexión, debido a que ha probado ser la mejor guía del hombre para discernir la voluntad de Dios para su vida. La Biblia contiene un extraordinario mensaje directo y claro de parte de Dios para cada individuo.
La Biblia es una guía inmejorable en relación con el futuro. Es posible discernir la voluntad de Dios para nuestro presente, si estudiamos detenidamente sus planes futuros, los actos de Dios en la Historia no son Desordenados o irregulares, siguen el patrón definido de un plan trazado de antemano el cual se va cumpliendo al pie de la letra con el paso de los siglos.
Las orientaciones de la Escritura sobre el futuro son claras, y a la luz de ellas, el cristiano puede y debe discernir la voluntad de Dios para su vida hoy. Pero la utilidad de las Escrituras sería limitada en verdad, si estas hablaran solamente sobre el pasado y el futuro, sus enseñanzas y mensaje poseen extraordinaria vigencia también para el día de hoy.
En 2 Timoteo 3:16-17 nos dice. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
POR QUE CONTIENE EL PLAN DE SALVACION.
No existe estudio de mayor valor de importancia, ni podemos dedicarnos a una consideración de mayor urgencia y necesidad, que la reflexión sobre la salvación de nuestra alma.
Pablo recordó a Timoteo, que las Sagradas Escrituras, te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
Guía al ser humano a la salvación de su alma proveyendo un plan claro, sencillo y comprensible a través del cual pueda ser salvo.
La comprensión del plan Divino de salvación, tal y como lo encontramos en la Biblia, es también de suprema importancia considerando lamentable desorientación que existe en relación con este importante asunto. Cada individuo parece poseer una propia teoría sobre la salvación. Cristo tuvo que luchar en contra de este mismo problema ya que los religiosos de su tiempo torcían el significado de las Escrituras. A ellos Cristo desafío diciendo: Juan 5:39.
Así, la Biblia es el único libro que exige imprescindiblemente un conocimiento personal de su autor, Cristo Jesús antes que rinda los tesoros de su contenido y los misterios encerrados en sus páginas. La forma de establecer esa relación personal y directa con Cristo es lo que se ha llamado el plan de salvación y consiste en los siguientes pasos.
REGLAS GENERALES PARA ESTUDIO DE LA BIBLIA
El estudio de las Escrituras no es empresa sencilla, exige la observación de reglas redefinidas que lo faciliten a la vez sistematicen su avance paulatino.
Estudiar las Escrituras significa, pues, observar ciertas reglas indispensables que vayan facilitando la adquisición de conocimientos. El no hacerlo resultará inevitablemente en confusión y fracaso final.
A continuación mostraremos como le hemos hecho al principio de este estudio, el bosquejo de las reglas generales para el estudio de la Biblia.
ENTENDER EL PROPOSITO.
Su propósito predominante es presentar el camino de redención por la instrumentalidad de Jesucristo, el Hijo de Dios. El es el tema central de las Escrituras. Sobre él gira y de él depende el plan que Dios diseño para la humanidad.
DECIDIR EL PROPOSITO DEL ESTUDIO.
Algunas personas pretenden estudiar la Biblia abriendo sus páginas al azar, otras leen porciones salteadas y aún otros más buscan versículos sobre algún tema que les interesa y los interpretan fuera de su contexto. Cualquiera de estas prácticas, no solo es incorrecta e indebida, sino peligrosa.
Nadie debe emprender el estudio de las Escrituras sin antes haber establecido explícitamente la meta que persigue, esta puede ser el obtener alguna información como los cristianos en Berea, quienes de acuerdo con Hechos 17:11, escudriñaban las Escrituras todos los días, con el fin de verificar el mensaje de Pablo y si las habían predicado, o quizás sea adquirir ayuda en contra de las tentaciones, el salmista declara que guardaba la Palabra de Dios en su Corazón, para no pecar contra él. Salmo 119:11, también puede estudiar la Biblia en busca de orientación Salmo 119:105.
En una palabra, antes de lanzarnos al estudio de las Escrituras es necesario establecer la meta que perseguimos, pues de eso dependerá el método que se empleo para su estudio.
CONOCER EL CONTENIDO DEL LIBRO.
Es estratégico que antes de adentrarnos en los detalles de sus mensajes, conozcamos primero la Biblia por lo que toca a su estructura interna, y las formas literarias de su contenido.
Por ejemplo, será de gran utilidad percatarnos desde un principio, que los 66 libros de que está compuesta la Biblia, se encuentran divididos en dos grandes secciones, llamadas el Antiguo Testamento y Nuevo Testamento, el primero de éstos comprende a su vez cuatro grandes secciones. El Pentateuco, los libros históricos, los poéticos y los proféticos, mientras que en el Nuevo Testamento, comprende cinco secciones tituladas: Los evangelios, el libro de los hechos de los apóstoles, las epístolas Paulinas, epístolas generales y Apocalipsis.
La estructura interna de los libros de la Biblia, se parece en parte a la de cualquier otro libro, en el sentido de que el texto se halla formado por capítulos divididos estos, en párrafos, los cuales están divididos en versículos, y éstos a su vez contienen oraciones, frases y finalmente palabras, por lo que toca a la forma literaria de su contenido, cada libro posee un estilo propio.
Algunos sirven la forma poética (Salmos, Cantares), otros presentan el mensaje de Dios bajo la forma de discursos (los Profetas), encontramos fascinantes narraciones, (Los Evangelios) interesantes cartas personales. (Filemón y Tito), extensas misivas a grupos cristianos (Las Epístolas Generales), tratados doctrinales (Romanos), documentos históricos (Samuel, Reyes, etc.), y hasta un extraordinario drama (Job) estas y más razones hacen que tengamos un previo estudio de la Biblia en cuanto su contenido.
ACTITUDES EN EL ESTUDIO
DETERMINACION.
El que emprende el estudio como un simple pasatiempo, no tendrá ni la mitad de posibilidades de triunfar en la vida tanto como aquel que lo inicia bajo un sentido de profunda necesidad. El convencimiento interior de nuestra urgente necesidad personal, indiscutiblemente producirá una férrea determinación de leer y estudiar las Sagradas Escrituras, a cualquier costo.
De poco sirve alentar un entusiasmo pasajero, si ante la más pequeña de las dificultades flaqueamos y claudicamos en nuestro propósito inicial.
REVERENCIA.
El que a él le haya placido comunicarnos la verdad de su ser, y la grandeza de sus planes, por medio de la página impresa, nos debe llenar de un sentimiento de gratitud y reverencia, además su título radica el contenido "Esta es la Santa Biblia" y lo que es Santo debe manejarse con temor y temblor.
No sólo es la Biblia digna de nuestra reverencia, por lo que ella es en sí, y por el autor de sus palabras, sino también por el maestro que nos ha sido dado para enseñárnosla: El Espíritu Santo.
AMOR.
Algunos profesan amar la Biblia, pero en la realidad lo que andan son los libros que hablan sobre ella. El estudiar la Biblia únicamente con el fin de criticarla, bajo un sentido de mera obligación o por simple curiosidad, no producirá ningún provecho.
Amor por la Biblia, significa que late en nosotros la vida eterna y sentir la necesidad imperiosa de alimentar nuestra alma a través de la Palabra de Dios que nutre y fortalece.
Amar la Biblia quiere decir mucho más que simplemente llevarla bajo el brazo a la iglesia, o tenerla en un lugar prominente en el estudio en el hogar tener la actitud que tenía Job 12 ó David: Salmo 19:10 ó Como el Profeta Jeremías 15:16.
DILIGENCIA.
En el caso del estudio bíblico, la palabra estudio es pues sinónimo de diligencia, ya que nadie podrá estudiar, la Biblia sino se aplica a esa tarea con diligencia y sentido de responsabilidad.
RECEPTIVIDAD.
Esto significa poseer un corazón abierto y respetuoso a lo que es el Espíritu Santo, quiera enseñarnos por medio de la Palabra de Dios, con frecuencia Cristo acostumbraba a decir a sus discípulos y a las multitudes "El que tiene oído para oír, oiga”, Mateo 11:15, con esto el Señor acentuaba lo importante que es no sólo oír, sino recibir, o en caso del estudio bíblico, no solo leer, sino captar y retener.
PERSPICACIA.
Esta es una actitud que con frecuencia se pasa por alto, pero que cultivándola puede rendirnos grandes ganancias, ¿quién no ha sentido al leer el primer libro de Crónicas, estar perdiendo el tiempo con sus listas de interminables genealogías?, ¿quién no se ha cansado de leer así mismo, las tediosas instrucciones del libro de Levítico sobre la construcción del tabernáculo?, hasta nos preguntamos por qué Dios habrá incluido información tan aparentemente inútil, sin embargo el que lee con perspicacia, descubrirá que escondidos entre la descripción del mobiliario del tabernáculo, los sacrificios, las vestimentas de los sacerdotes, los muebles, etc., se encuentran varios tipos de Cristo y que también dentro de las cansadas genealogías, se pueden encontrar interesantes datos que pueden servir como base para estudios posteriores.
Ejemplo: No se menciona el aguijón que le fue dado a Pablo en 2 Corintios 12:7, a la luz de Gálatas 4:15; 6:11, Pudiera haber sido tal vez alguna enfermedad de los ojos.
OBEDIENCIA.
A la Biblia se le puede estudiar de 2 maneras.
1.- Como una fuente de información religiosa y;
2.- Como un manual Divino.
Que exige una inmediata y sincera respuesta de nuestra parte para modelar la vida. Algunos leen mucho la Biblia creyendo estudiarla pero poco beneficio obtienen de su lectura, porque rehúsan obedecer sus instrucciones y por lo tanto solo se engañan así mismos.
PERSEVERANCIA.
Esta actitud es decididamente un elemento muy estratégico en el estudio bíblico, virtud con la cual debemos revestirnos desde el inicio de nuestra empresa. Perseverancia es que aquel que seriamente ambicione llegar a conocer las Escrituras, tendrá que hacer acopio de un ejemplar tesón a través de los meses y a unos años, para algún día llegar al dominio completo de su contenido.
HABITOS EN EL ESTUDIO DE LA BIBLIA
No podemos dejar de mencionar la necesidad de cultivar desde el primer momento, hábitos sanos y correctos en el estudio. A continuación mencionaremos ocho hábitos de importancia para el buen desempeño del estudio de la Biblia.
TIEMPO.
El estudio esporádico es de poco provecho, el estudiante serio de la Biblia separará tiempo para su lectura y estudio. Ese tiempo debe ser diariamente y el mejor de las horas del día, por regla general el mejor tiempo es temprano en la mañana cuando la mente esta fresca y el cuerpo descansado.
LUGAR.
A menudo se cree que cualquier lugar es bueno para estudiar la Biblia, pero la elección de un sitio apropiado es más importante de lo que nos imaginamos. Debe ser un sitio, tranquilo, libre de interrupciones y donde exista el menor número de distracciones posibles.
PLAN.
Nunca se debe estudiar la Biblia, sin seguir un plan definido cuando se leen pasajes salteados, o se estudian libros diferentes sin ningún sistema específico, los resultados tienden a ser mínimos.
CONCENTRACION.
Es de suprema importancia que nos formemos el habito de concentrarnos en la lectura, aún cuando tal vez esto signifique que al principio nos sujetemos nosotros mismos a la disciplina, de que si descubrimos estar avanzando en la lectura sin leer realmente, regresemos al comienzo y volvamos a empezar entendiendo palabra por palabra lo que leamos.
OBSERVACION.
Es preciso habituar la mente a fijarse aún en los detalles más sencillos de lo que leemos, por ejemplo: Los Personajes o grupos que se mencionan, los lugares, los acontecimientos y lo que se dice de cada uno.
MEDITACION.
Quizá este sea uno de los hábitos más difíciles de adquirir en el estudio bíblico, pero a la vez es también uno de los más estratégicos, porque de él depende que nuestra lectura se convierta en conocimiento y aprovechamiento.
ANOTACIONES.
Pocas personas se encuentran dotadas de una capacidad de retención tan extraordinaria que pueden retener todo lo que leen. Por eso es conveniente siempre acompañar el estudio con un papel y lápiz, debemos de anotar los descubrimientos más sobresalientes.
REPASO.
Esta es una de las leyes fundamentales del aprendizaje de cualquier materia y mucho más del estudio bíblico, no es suficiente tan sólo estudiar, es necesario repasar lo estudiado una y otra vez.
HERRAMIENTAS PARA EL ESTUDIO DE LA BIBLIA
Con frecuencia escuchamos dentro de los círculos de la iglesia sin exhortaciones a estudiar la Biblia, pero pocas veces se nos instruye sobre un aspecto básico de tal forma el contar con ciertas herramientas fundamentales que faciliten y orienten debidamente nuestros esfuerzos, no es que sin ellas no se pueda estudiar la Biblia, sino más bien, que existen ciertos libros que se han escrito con el fin de simplificar el trabajo y asegurarnos de éxito en nuestro estudio y, por eso es interesante contar con su valiosa ayuda.
Conforme el Cristiano inicia en serio su investigación de las Escrituras, conviene que vaya adquiriendo algunos libros claves, hasta lograr reunir una pequeña pero bien seleccionada biblioteca, no es preciso que esta colección muy vasta, solo lo más importante, ejemplo de esto lo encontramos Eclesiastés 12:12, "No hay fin de hacer muchos libros".
UNA BIBLIA DE ESTUDIO.
¡Nunca se debe juzgar un libro por las pastas! es esta relación con la Biblia, he aquí entonces algunas de las características sobresalientes que debemos exigir en nuestra Biblia de Estudio.
1.- Tamaño: De preferencia grande.
2.- Tipo: Sobre todo que la letra sea grande y clara.
3.- Papel: Grueso y resistente, con el propósito de hacer anotaciones sobre ella.
4.- Notas: Son explicaciones al margen del texto con el propósito de aclarar algún punto oscuro.
5.- Referencias: Que tenga el mayor número de referencias posibles, son citas que nos guían a pasajes paralelos; esto es que narran el mismo incidente que estamos leyendo, otras veces nos guían a pasajes que contienen enseñanzas sobre el mismo tema y otros usos semejantes. Lo más importante que ahorramos tiempo, nos orientan, nos guían y nos facilita el estudio de las Escrituras.
CONCORDANCIA.
Es un índice de palabras en orden alfabético, en la cual se indican los pasajes de la Escritura donde aparece cada palabra y donde nos señala el libro, capítulo y versículo donde se encuentra.
MAPAS.
DIVERSOS TIPOS DE VERSIONES Y TRADUCCIONES.
Traducciones o versiones, se le llama "versión" en una traducción de las Escrituras de un idioma a otro. Las traducciones de la Biblia al español las podemos clasificar, simplemente, en antiguas y modernas.
LIBROS DE CONSULTA.
1.- Manual Bíblico.
2.- Atlas Bíblico.
3.- Diccionario Bíblico.
4.- Comentarios.
5.- Armonía de los evangelios.
Contando con estos valiosos libros de consulta completamos nuestro juego de herramientas indispensables para realizar el estudio de las Escrituras.
EL ESTUDIO DE LA BIBLIA EN CONJUNTO
La Biblia es la Palabra de Dios la revelación de su voluntad al hombre. De ello se sigue que deberíamos conocer esta revelación y hacer caso de su mensaje. El conocimiento requiere un estudio sincero, fiel, paciente, constante y es a este tema que vamos a dedicarnos, con el propósito de sugerir métodos que sean aptos para familiarizarnos más con las Sagradas Escrituras.
El valor de un conocimiento adecuado de la Biblia es evidente. Hay provecho intelectual en su información e instrucción. Hay beneficio moral en su guía y advertencias. Hay provecho espiritual en su verdad doctrinal y práctica.
Necesitamos estar equipados por las Sagradas Escrituras, también, para poder contrarrestar los excesos sacerdotales y los defectos racionalistas, y en su revelación de gracia y verdad obtenemos la seguridad de la salvación, y de ella derivamos fuerza para el servicio.
El conocimiento, además, presupone mucho más que leer; requiere estudiar. Y no sólo estudio, sino una aplicación auténtica de la mente, el corazón y la conciencia a la sustancia y enseñanzas de la Sagrada Escritura. Deberíamos comprender la necesidad e importancia de un conocimiento tan detallado y a conciencia de las Escrituras como nuestro tiempo disponible y nuestra capacidad nos permita. El leer la Biblia no es estudio Bíblico.
Es mucho más fácil leer libros sobre la Biblia y requiere mucho menos tiempo y esfuerzo mental que el estudiar la Biblia por nuestra cuenta. Pero esto último es, sin duda, nuestro deber más esencial y provechoso.
En estos capítulos vamos a sugerir ciertos métodos de estudio, empezando con un repaso general de la Biblia, en conjunto, y luego haciéndolo por secciones y porciones, para estudiar los versículos y las palabras. De esta manera será posible conseguir alguna idea de la plenitud y variedad del estudio de la Biblia, y de la gran satisfacción de mirar la Palabra de Dios desde diferentes puntos de vista.
VARIEDAD DE LA BIBLIA.
Pensemos en la variedad del contenido: su historia, teología, filosofía, poesía, consejos, aspiraciones, predicciones. Consideré la variedad de autores: profeta, sacerdote, rey, cronista, apóstol, evangelista. Notemos la variedad de circunstancias: diferencias de tiempo (Moisés a Juan), lugar, país, propósito, destino. Hay sesenta y seis libros, es la obra de treinta y seis autores, que cubre un período de dieciséis siglos.
Nuestro uso de la Biblia como un libro, por necesidad tiende a hacernos olvidar que no es sólo un libro, sino una biblioteca, "la biblioteca divina", con mucha variedad y gloria.
LA UNIDAD DE LA BIBLIA.
Esta unidad es el complemento de lo anterior. La Biblia, aunque varía, es con todo una, entre todas sus diferencias de lugar, tiempo y propósito, y posee una idea predominante. El Antiguo Testamento se extiende sobre un largo período de Tiempo y es el producto de una nación. El Nuevo Testamento es el producto de varias naciones, pero se extiende sobre un corto período. El Antiguo es al Nuevo como el fundamento es a la estructura, y el Nuevo es al Antiguo como el edificio es a la base. El Dios del Génesis y de Mateo son el mismo, sólo con los dos aspectos complementarios de trascendencia e inmanencia. El hombre del Génesis y de Mateo, son el mismo, y necesitan a dios y su gracia. En el Antiguo Testamento tenemos a Dios en sí mismo como supremo, y el hombre en sí mismo como pecador. En el Nuevo Testamento tenemos a Dios en Cristo como Salvador, y el hombre en Cristo como salvado. «En el Antiguo se halla el Nuevo escondido [latente], y en el Nuevo, el Antiguo revelado [patente].» El Antiguo Testamento es una revelación de formas externas que se desarrollan en principios internos. El Nuevo es una revelación de principios internos que se desarrollan en formas externas. El Antiguo Testamento es una preparación de Cristo para la Iglesia, y la Iglesia para Cristo. El Nuevo es una revelación de Cristo para la Iglesia y por medio de la Iglesia, al mundo.
Cristo es la clave de toda la Biblia, y es Él que le da su unidad espiritual e histórica. Se ha sido sugerida la siguiente unidad séptuplo, que cubre toda la Biblia, y es digna de consideración:
1.- Génesis a Deuteronomio. revelación
2.- Josué a Ester. Preparación
3.- Job a Cantar de los Cantares. Aspiración
4.- Isaías a Malaquías. expectación
5.- Mateo a Juan. Manifestación
6.- Hechos a Epístolas. Realización
7.- Apocalipsis a Isaías. culminación
Naturalmente esto sólo debe entenderse de modo general, pero es bastante preciso para revelar la unidad esencial.
Los dos elementos de maravillosa variedad y todavía más, de maravillosa unidad, son verdades complementarias que van a transmitir sus propias impresiones profundas del origen e inspiración divinos a toda persona que piense sinceramente. ¿Cómo es posible que sesenta y seis libros, escritos casi del todo independientemente uno del otro, que se extienden a casi dos mil años, y escritos bajo toda variedad posible de circunstancias, pueden no tener parte alguna que contradiga lo que se dice en otra parte? La habilidad humana no podría conseguir este resultado. "Esto viene de mí", dijo el Señor.
Con una unidad tan maravillosa en la divina biblioteca de sesenta y seis libros, no es sorprendente hallar en el otro rasgo notable que se sigue de la variedad y de la unidad antes considerada.
LA SIMETRÍA DE LA BIBLIA.
La simetría es característica tanto de su estructura literaria como de su enseñanza espiritual. La expresión más corta de ella es que en el Antiguo Testamento tenemos a Moisés y a los profetas, y en el Nuevo Testamento tenemos a Cristo y a sus apóstoles. Amplificando esto notamos que tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento son capaces de una división quíntuplo:
Antiguo Testamento Nuevo Testamento
Pentateuco (5) Evangelios (4)
Libros Históricos (12) Hechos (1)
Libros poéticos (5) Epístolas paulinas (14)
Profetas mayores (5) Epístolas generales (7)
Profetas menores (12) Apocalipsis ( 1 )
Extendiéndonos ahora un poco más adelante, notamos que el Pentateuco es para el Antiguo Testamento lo que los Evangelios son para el Nuevo, el fundamentos de todo lo demás, y puede ser considerado como correcto, de modo general, el decir que el Pentateuco y los Evangelios son libros de la revelación de Dios al hombre, y que el resto del Antiguo y del Nuevo Testamento son libros de la realización de esta revelación en el hombre Consideremos esto con respecto al Antiguo Testamento en forma tabular:
1.- Revelación (Pentateuco). Dios a su pueblo
2.- Realización (resto del Antiguo Testamento). Dios en su pueblo.
a).- En la expresión externa. Libros históricos
b).- En la expresión interna. Libros poéticos
c).- En la expectación hacia adelante. Libros proféticos
Lo dicho anteriormente es sólo la expresión más breve posible para mostrar claramente la simetría pero podría ampliarse bajo cada división para dar indicaciones más definidas de la misma hermosura. Por ejemplo, se ha indicado que en los libros poéticos tenemos tres actitudes o aspectos de la vida devoción (Salmos), sabiduría (Job, Proverbios, Eclesiastés), y comunión (Cantares de Salomón), y que en estos tres libros de sabiduría tenemos: piedad sin prosperidad (Job), piedad y prosperidad (Proverbios) y prosperidad sin piedad (Eclesiastés). Estos son algunos ejemplos de la plenitud y hermosura de la revelación del Antiguo Testamento.
Tomando ahora el Nuevo Testamento de la misma forma, tenemos:
1.- Revelación (Evangelios) Cristo a su Iglesia
2.- Realización (resto del Nuevo Testamento). Cristo en su Iglesia
a).- En la expresión externa (historia). Hechos
b).- En la expresión interna (doctrina). Las Epístolas
c).- En la expectación hacia adelante (profecía). El Apocalipsis
Éstos, a su vez, pueden ser amplificados para revelar nuevas bellezas, como, por ejemplo, en los varios aspectos de la persona de Cristo, vista en las epístolas, o en las varias fases de la verdad y la vida cristiana.
Otra forma de mirar este tema es pensar en los dos Testamentos como dos edificios, y luego considerar lo siguiente:
1.- El fundamento histórico (pasado)
a).- Antiguo Testamento. Pentateuco y libros históricos
b).- Nuevo Testamento. Evangelios y Hechos
2.- La construcción espiritual (presente)
a).- Antiguo Testamento. Libros poéticos
b).- Nuevo Testamento. Epístolas
3.- El cumplimiento profético (futuro)
a).- Antiguo Testamento. Profetas
b).- Nuevo Testamento. Apocalipsis
Nuevamente, podemos considerar el Antiguo y el Nuevo Testamento como complementarios, y tomarlos como sus palabras clave, respectivamente, preparación y revelación.
1.- Antiguo Testamento: preparación
a).- Para Cristo
1).- En la historia
2).- En el tipo
3).- En la profecía
b).- Para la Iglesia
1).- En la necesidad de salvación
2).- En la necesidad de adoración
3).- En la necesidad de obediencia
2.- Nuevo Testamento: revelación
a).- De Cristo
1).- En su persona
2).- En su obra
3).- En su reino
b).- De la Iglesia
1).- En su vida
2).- En su servicio
3).- En su esperanza
Las consideraciones anteriores son sólo sugerencias e indicaciones de otras posibilidades.
Es imposible exagerar el valor de esta perspectiva amplia de la Biblia como conjunto. Impide nuestra estrechez de miras, y la minucia del conocimiento sirve, además, para inspirarnos con la gloria, la grandeza y la grandeza de la revelación de Dios en Cristo y de sus propósitos de redención en Cristo. Tomemos vistas amplias de la Palabra de Dios, y veremos «nuevas hermosuras» y "luz creciente"
ESTUDIO DETALLADO
Nuestros estudios se han referido hasta ahora de modo principal, a la Biblia como conjunto, y a algunas amplias proporciones y temas de la misma. Hemos de esforzarnos en ver el paisaje en conjunto y tener amplias perspectivas. Pero la Biblia tiene que ser estudiada también con detalle. No sólo hemos de considerar el bosque; hemos de ocuparnos de árboles particulares, y continuando el símil, de las ramas, las ramitas y las hojas. El estudio más minucioso posible de la Palabra de Dios va a demostrarse que es útil en extremo.
Es evidente que sólo podemos indicar el método y dar unas pocas ilustraciones. El campo es vasto y va a dar suficiente para la vida más larga dedicada al estudio.
EL ESTUDIO DE LA BIBLIA LIBRO POR LIBRO.
Este método consiste en estudiar cada libro de la Biblia por separado, analizando su contenido a luz de las circunstancias históricas en que fue escrito y las características personales de su autor.
El primer paso en este método es escoger el libro no es tarea fácil como parece, por la razón que los libros son de diferentes tamaños, es aconsejable disponer de un tiempo considerable ya que nos puede llevar horas y hasta varias semanas.
Algunos libros son cortos y llenos de exhortaciones prácticas, como las cartas paulinas, mientras que otros son largos y complicados en su contenido como las profecías de Ezequiel o Daniel. Lo más conveniente para empezar será elegir un libro corto, cuyo mensaje sea instructivo práctico y sencillo.
El siguiente paso consistirá en leer el libro de una sola sentada, o en una sola vez, en un principio nos interesa leer el texto en su totalidad, a fin de obtener una impresión de su:
1.- Estilo.
2.- Mensaje.
3.- Desarrollo.
4.- Conclusiones.
Deseamos una perspectiva como aquel que sube un edificio y contemplar la ciudad completa.
No será suficiente leer el libro en esta forma rápida y superficial solo una vez, hay que leerlo tres, cinco, ocho, diez veces más. Esta lectura repetida no es inútil perdida de tiempo, pues constituye la piedra angular para la comprensión cabal del libro.
Leerlo constantemente descubriremos la organización de su contenido y el desarrollo del pensamiento del autor. Al mismo tiempo es importante ir anotando las observaciones sobresalientes tales como:
1.- ¿Quién escribió el libro?
2.- ¿A quién lo escribió?
3.- ¿Cuándo se escribió?
4.- ¿En dónde?
5.- ¿De qué trata en términos generales?
6.- ¿A qué conclusión llega?
Hay libros que no especifican quién lo escribió, omiten el nombre de las personas a quienes se escribieron, olvidan dónde fueron escritos.
El siguiente paso consiste en darle un título a cada capítulo, en una sola frase de su contenido, al terminar, podemos asignar un sólo título a todo el libro y escoger un versículo que sintetice su mensaje.
Si el estudiante no tiene mucha experiencia en la formulación de bosquejos, no se debe desanimar y mucho menos claudicar, al comentario, estudiamos porque queremos aprender y para aprender es necesario trabajar.
Aún cuando en un capítulo anterior señalamos el valor de los libros de consulta, es conveniente insistir que en la práctica de este método no se debe emplear tales ayudas, pues el estudiante se defraudaría a sí mismo. El valor de este método consiste en exigirle al estudiante que descubra por si solo que otros posiblemente que hayan descubierto, pero que ellos también lo hicieron de esfuerzo propio.
EL ESTUDIO DE LA BIBLIA POR CAPITULOS.
El primer paso consiste en leerlo varias veces el capítulo. A continuación es necesario estudiar el contexto. En algunos casos, la lectura de unos cuantos versículos del capítulo anterior, y otros pocos del capítulo que sigue, será suficiente para colocarnos en las circunstancias de que se está hablando.
Ejemplo de esto sería: El capítulo 18 de Mateo que principia diciendo: "En aquellos tiempos" para saber cuáles eran aquellos tiempos, hay que leer algunos versículos del capítulo anterior.
En seguida precedemos a dividir el capítulo en párrafos, después realizar un cuidadoso examen de las secciones en que hemos dividido el capítulo.
¿Qué lugares se mencionan?
¿Qué personas se nombran?
¿Qué doctrinas se formula, explicando o presentan?
¿De qué divisiones de tiempo se habla?
(Horas del día, meses, años, estaciones del año, etc.).
¿Qué objetos se mencionan?
Teniendo ya a la mano todo el material extraído del capítulo bajo análisis, nos corresponde decir:
(Cuál es su enseñanza central, expresar en una corta oración lo que se enseña y buscar la manera de aplicaciones esa enseñanza a nuestra vida diaria).
EL ESTUDIO DE LA BIBLIA POR PARRAFOS.
Un párrafo es sólo una sección de un segmento mayor que para enriquecer nuestro acervo bíblico, debemos dominar las partes y también el todo. La Biblia no está escrita a pedazos, con pensamientos desorganizados, desparramados por todas partes, a través de sus páginas. El estudio de la Biblia por párrafos es particularmente indicado cuando se trata de preparar sermones, o clases ya que generalmente en esos casos se pretende analizar únicamente alguna porción de un capítulo, habiéndose decidido que párrafos deseamos estudiar, procedamos a poner en práctica algunos de los principios de trabajo ya mencionados.
1.- LA LECTURA REPETIDA DEL PASAJE.
Esto nos ayudará a observar los detalles que no logramos captar en la lectura inicial. Los personajes, lugares, cosas, tiempos, doctrinas o temas que en cada versículo se mencionan, de estas enseñanzas y elementos surgirá la enseñanza del párrafo y el fruto de nuestro estudio.
2.- EL ANALISIS CUIDADOSO DEL CONTEXTO.
Es preciso estudiar detenidamente los párrafos anteriores al pasaje, y los que siguen.
Terminando lo anterior, estamos listos para lanzarnos al estudio del párrafo elegido, enseguida se debe elaborar un resumen general del contenido del párrafo en nuestras propias palabras.
En segundo lugar, extraeremos las ideas principales del pasaje; el propósito de entresacar estas ideas, claves es captar lo verdaderamente importante de entre todo lo que aquí se esta diciendo.
La tercera fase del trabajo consiste en bosquejar el párrafo entero, es decir concretar el contenido del pasaje.
En cuarto paso, reside en hacer una lista de las enseñanzas generales que el párrafo contiene, la idea es dejar que la Biblia hable por si misma. Las enseñanzas deben surgir del texto bíblico con claridad, sin que nos entreguemos a largas y complejas reflexiones.
"Negamos, por último, al momento de realizar las aplicaciones personales".
Tómese en cuenta que hablamos de aplicaciones para Nuestra vida por eso las denominamos personales.
Finalmente, no es necesario entenderlo todo, por que no estamos estudiando la Biblia solamente para aprenderla, sino para vivirla, que vivamos de acuerdo con la luz que Dios nos da, de tal manera entonces que lo que usted llegue a entender de la Biblia, será mucho más importante que lo que no entiende.
ESTUDIO DE LA BIBLIA POR VERSÍCULOS.
Esta clase de estudio es apropiada particularmente en relación con la lectura devocional de la Biblia.
Algunos predicadores es especializan en esta clase de estudios, pues lo consideran el más práctico para la predicación, y en ocasiones, quién estudia la Biblia por capítulos o por párrafos, termina por dedicar una porción de su tiempo al examen minucioso de un solo versículo.
Como en los métodos sugeridos anteriormente:
EL PRIMER PASO, consistirá en la lectura repetida del versículo.
Al iniciar nuestro trabajo con la Biblia abierta, nos interesa formalizarnos primeramente con el contexto.
EN SEGUNDO PASO, efectuamos la observación, esta la dividimos en tres partes:
A.- De Palabras claves cuya importancia se deriva de su significado.
B.- Estructura gramatical, observando la función de cada término.
C.- De la atmósfera que prevalece en el versículo.
COMO TERCER PASO: Se debe estudiar el mismo versículo en distintas versiones, con el fin de ampliar nuestra comprensión de las palabras en el versículo.
EL CUARTO PASO: Será formular un bosquejo del contenido del versículo, el bosquejo nos dará un cuadro completo de lo que el versículo tiene que decir.
EN QUINTO PASO: Se debe elaborar una lista de enseñanzas del versículo, en los términos más claros y sencillos que se puedan.
EL SEXTO Y ÚLTIMO PASO Del estudio del versículo consiste en las aplicaciones personales.
A modo de ilustración veamos algunos versículos:
1.- Versículos del Antiguo Testamento
a).- Versículos separados
Salmo 65:4; Cuatro estadios de la experiencia cristiana: "escogido, atraído, habitar, ser saciado". Consideremos cada una de éstos en la forma como se ilustra en el Nuevo Testamento.
Salmo 81:10. Nótese aquí:
1).- El fundamento de la fe. "Yo soy Jehová tu Dios"
2).- El estímulo de la fe. "Que te hice... de Egipto"
3).- La posibilidad de la fe. "Abre tu boca"
4).- La satisfacción de la fe. "Yo la llenaré"
b).- Versículos sucesivos
Salmo 25:6, 7: Tres "acordarse" sucesivos.
Salmo 30: Siete "Tú has"
Salmo 36: 5, 6: Cuatro cosas respecto a Dios; vv. 8, 9; cuatro cosas que el creyente piensa de Dios: "abundancia", "torrente", "fuente", "luz".
Isaías 6:5, 8, 11: Entonces dije: confesión, consagración, comunión.
c).- Versículos contrastados
Salmo 23:2 y 3: Pastorear y guiar de Dios
Salmo 24:4 y 25:1: "llevar y levantar"
Salmo 26:1 y 11: "Integridad"
Salmo 26:5 y 8: "aborrecer", "amar"
El estudio de estos versículos de esta forma puede proseguirse en cada parte del Antiguo Testamento, pero el espacio nos impide dar más ejemplos. Vayamos ahora a
2.- Versículos del Nuevo Testamento:
a).- Versículos separados
Filipenses 4: 19: Descubrir los siete aspectos de la gracia:
1).- escasez,
2).- la fuente,
3).- la certeza,
4).- la extensión,
5).- los medios,
6).- el depositario,
7).- la proporción
Mateo 25:21: Servicio:
1).- relación,
2).- carácter,
3).- alabanza,
4).- premio
b).- Versículos sucesivos
Colosenses 1:27, 28: Nuestro mensaje, nuestros métodos, nuestro motivo Romanos 5:
Dos aspectos de la justificación (1 y 9),
Tres causas de jactancia (2, 3, 11),.
Dos aspectos de la salvación (9, 10),
Cuatro "reinos" (14, 17, 21), cuatro "mucho más" (9, 10, 15, 17)
c).- Versículos contrastados:
Marcos 13:9, 13, 20: "Por causa de mí", "por causa de mi nombre", "en atención a los escogidos"
Lucas 3:22; 4:1: "El Espíritu Santo descendiendo y llenando"
Lucas 3:22; 4:3: "Hijo de Dios"
Hechos 13:4, 9: "Enviados", y "llenados". Nuestra autoridad y nuestra capacidad en el servicio.
Éstos representan unos pocos ejemplos de la inagotable cantera que tenemos a disposición para este método de estudio.
ESTUDIO DE LA BIBLIA POR PALABRAS.
Éste es uno de los estudios más deleitosos y provechosos, y nos capacita para ver la variedad, proporción y equilibrio de las verdades de la Palabra de Dios. Para este estudio se necesita una cosa: una concordancia buena. Tiene que ser buena de veras para que pueda ser útil. Con esto queremos decir exacta y completa. Las concordancias que se suelen incluir en las Biblias para "maestros" no son realmente útiles porque tienen que omitir mucho. La concordancia genuina incluye todas las referencias. Es mejor aún si se da el equivalente de la palabra en el hebreo y el griego de origen. Así vemos en Juan 15, donde la palabra griega es traducida por "habitar", "morar", "permanecer", "continuar". Por tanto es evidente que los estudios de palabras correctos requieren una guía apropiada.
PRIMER PASO: Su etimología o sea su significado y a la vez investigar su origen, aquí es necesario tener un diccionario bíblico o un léxico griego-español, hebreo-español, después se debe de elaborar una lista de sus sinónimos y antónimos en las Escrituras.
SINONIMO "PALABRA AMEN" 1. Afección, 2. Cariño, 3. Afecto. Etc.
ANTONIMO LO CONTRARIO 1. Odio, 2. Desprecio, 3. Aversión.
EL SEGUNDO PASO, es investigar el uso de la palabra en el libro que estamos leyendo. Ejemplo: Evangelio según San Juan (palabra amén).
EL TERCER PASO: Será averiguar el uso que de la palabra se hace en toda la Biblia, esto comprende tanto la observación de sus variaciones y derivados como la primera ocasión que la palabra se usa en las Escrituras y finalmente. ENSEÑANZAS Y APLICACIONES.
PALABRAS Y FRASES DEL ANTIGUO TESTAMENTO.
Consideremos las palabras meditar y meditación y clasifiquemos los textos por:
1.- los objetivos.
2.- los tiempos.
3.- los métodos.
4.- los resultados de la meditación.
Veamos en 1 Crónicas y el Salmo 71, y pongamos juntos los siete "continuamente".
Estúdiese el Salmo 86, en relación con los "por" y "para" referidos al creyente y a Dios.
Recopilar las ocasiones en que ocurre "bendito" y "bienaventurado" en los Salmos, y ver la plenitud de estas Bienaventuranzas del Antiguo Testamento.
Véase Josué 23, con sus veintitrés ocasiones de "el Señor tu Dios".
Estudiar las siete cosas que en Esdras 7 se nos dice que pertenecen a Dios.
Recopilar las referencias a "estate quieto" y nótese la llamada a pensar, ver y oír.
LAS PALABRAS Y FRASES DEL NUEVO TESTAMENTO.
Hállese "todo lo que hacéis o hagáis" en las Epístolas.
Considérense las seis ocasiones en que leemos de "gozo lleno", o "cumplido" en los escritos de Juan (Evangelio y Epístolas).
Nótese la fuerza del «también» en Lucas 16:1, enlazando la parábola con las del capítulo 15, y haciendo de ella una aplicación a los discípulos.
Nótense las tres referencias a "inefable", los cinco o seis usos de "gracias sean dadas a Dios", en Pablo; las cuatro referencias en la primera Epístola de Juan a la "confianza" u "osadía", refiriéndose al presente y al futuro.
Veamos los usos de "adopción", de "regeneración", o "vida" (en el evangelio de Juan especialmente. Los "vence" del Apocalipsis; las cosas preciosas de las Epístolas de Pedro; los aspectos de "creer" en el Evangelio de Juan, y palabras como "abundancia", "riquezas", "permanecer", "conocer". Todas ellas son indicaciones de la riqueza de la enseñanza relacionada con las palabras. Son pequeñas muestras de un plan de estudio que deberíamos adoptar con frecuencia.
ESTUDIOS DE LA BIBLIA POR SUS METODOS
EL METODO INDUCTIVO.
La palabra "inductivo" viene del verbo inducir, y éste del latín inducere, que es un antónimo de deducir o concluir. La inducción, nos dice el diccionario, es "un modo de razonar que consiste en sacar de los hechos particulares una conclusión general". Por tanto, denominamos método inductivo aquel mediante el cual se somete un pasaje bíblico a investigación, con el fin de obtener conclusiones generales sobre su contenido. El método opuesto es el "deductivo" que partiendo de una premisa predeterminada, procede a establecer una base bíblica en su apoyo, empleando varios pasajes. Ambos métodos se pueden ilustrar así:
Método inductivo.
Método Deductivo.El método inductivo no se emplea únicamente para el estudio de las Escrituras; es también muy usado en la investigación de las ciencias experimentales, y se basa en tres principios de operación:
1.- La Observación Descubrir lo existente.
2.- La Interpretación ………Determinar su significado.
3.- La Aplicación Apropiar los resultados.
Por observación entendemos el acto de considerar con atención el estudio intenso de algún objeto, asunto o relato; la práctica de la observación es indispensable, porque nos permite saturarnos del contenido del pasaje. Por eso debemos formarnos este hábito de tal manera que nunca leamos una frase o pasaje bíblico sin observarlo cuidadosamente. Consta de cuatro partes principales:
1.- La Observación de palabras o términos. La Biblia contiene miles de palabras con significado oscuro o desconocido. Otras veces las palabras se usan en sentido figurado, y no quieren decir en el pasaje lo que significan en el uso común.
2.- La observación de las relaciones entre las palabras se les llama estructuras. Las estructuras se relacionan entre sí por medio de palabras que adoptan la función de "eslabones".
3.- La observación de formas literarias generales. El pasaje que estudiamos puede ser prosa, poesía, drama, parábola, literatura apocalíptica, etc.
4.- La observación de la atmósfera, puede ser de compasión, tristeza, dolor, amor, alegría, humildad, ternura o alguna otra.
El segundo principio de este método es la interpretación. El propósito aquí es determinar el significado de lo que el autor escribió. En este caso la imaginación se convierte en una valiosa herramienta que nos ayuda a transformarnos a los tiempos bíblicos, y sentir, pensar y actuar, como lo hicieron los escritores.
El resumen de la interpretación, apoyado en la evaluación anterior, este paso consiste en adaptar las enseñanzas del pasaje a nuestras circunstancias particulares, y en apropiar lo que sea de utilidad a nuestra vida personal.
EL METODO ANALITICO.
La palabra analítico tiene su origen en el término griego análisis que significa "Descomposición". En el estudio de la Biblia quiere decir separar o desmenuzar las partes de un pasaje con el fin de arribar a la médula de su contenido. El método opuesto es el sintético, en el cual se realiza la labor contraria, esto es, se resume y compendian las enseñanzas para poseer un cuadro general y completo de una determinada porción bíblica.
El análisis de que hablamos principia con una porción entera, que en este caso invariablemente debe ser un párrafo, y nos lleva hasta la frase o pensamiento que nos interesa en particular.
La gran utilidad de este método reside en que el estudiante se ve forzado a analizar el texto bíblico, y no los comentarios sobre la Biblia; tres son los pasos principales del proceso analítico.
1.- El examen estructural
Reorganización del texto Bíblico.
2.- El bosquejo del contenido
Presentación sistemática de los pensamientos del Escritor.
3.- Las observaciones
Búsqueda de enseñanzas Pertinentes.
El primer paso consiste entonces, en colocar en orden lógico las declaraciones del escritor, de tal manera que a simple vista podamos tener todo el desarrollo de su pensamiento en forma bien organizada. De Juan 5:1-5.
El segundo paso del análisis consiste en formular un bosquejo. Este bosquejo debe apegarse al texto lo más posible, de manera que podamos presentar en forma sistemática del pensamiento del escritor. He aquí un bosquejo del párrafo citado arriba: La victoria del creyente.
Estamos listos para proceder al tercer paso. La observación deberá girar en torno a siete preguntas fundamentales. Las respuestas a éstas constituirán el verdadero fruto del estudio analítico. Las preguntas son:
¿qué?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿cómo?, ¿por qué?, ¿quién?, ¿para qué?.
EL METODO SINTETICO.
A este sistema de estudio bíblico también se le conoce como "el método del Dr. Gray", debido a que este célebre siervo de Dios, por muchos años decano del Instituto Bíblico Moody en Chicago, escribió un libro entero cubriendo de Génesis a Apocalipsis, basándose en tan singular método. El estudio sintético es la labor de compendiar o resumir lo más posible, un pasaje, para obtener un cuadro general, pero completo.
La piedra angular de este método es la lectura repetida de un libro de la Biblia a la vez. Durante las repetidas lecturas de un libro, se recomienda tener en mente tres distintos aspectos:
A.- El tema central del autor.
B.- El desenvolvimiento.
C.- El bosquejo del contenido.
1.- Trabajemos en el libro de Job aplicando los pasos anteriores, y observaremos la forma como se puede arribar a la comprensión fundamental de su contenido. Las primeras ocasiones que lo leamos, buscaremos su tema central. Tal vez nos parezca que ese tema pueda ser el significado de la lucha entre el bien y el mal, y sus resultados, bajo el gobierno de un Dios sabio y todo poderoso.
2.- El siguiente paso consiste en leer Job nuevamente, ahora con el tema central en mente, observando cómo el autor desenvuelve su argumento.
3.- Con el material anterior cuidadosamente anotado, estamos listos para formular un bosquejo. Como se ha podido ver hasta aquí, la organización del material bíblico es siempre un proceso fundamental e imprescindible para el estudio provechoso. El Dr. Gray bosqueja el libro Job en esta forma:
I.- El prólogo.
II.- El diálogo.
III.- Las palabras de Eliú.
IV.- Las Palabras del Todopoderoso.
V.- La respuesta de Job.
VI.- El epílogo.
Para elaborar el bosquejo resulta ser de gran ayuda tomar en cuenta la división de capítulos, párrafos y versículos ya que el estudiante necesita encontrar las unidades de pensamiento para irlos acomodando en forma organizada. Sugerencias generales para facilitar el trabajo con este método.
1.- Cada vez que se lea el libro, léase completo y de una sola vez, a fin de mantener frescos todos los detalles de su contenido.
2.- No haga uso de libros de consulta. Satúrese solo del texto bíblico, y luche porque su mente trabaje con diligencia en los descubrimientos necesarios.
3.- Cada vez que lea el libro, procure enfocar la mente en un aspecto distinto de la narración puede ser el histórico, doctrinal, geográfico o biográfico.
4.- Al leer, transpórtese mentalmente a la época, las circunstancias y el trasfondo del escritor.
EL METODO CRITICO.
La palabra crítico proviene del término griego (krino) krino, que quiere decir juzgar. así entonces, se llama Crítica Bíblica a la ciencia que busca por medio de una detallada y cuidadosa encuesta, establecer las palabras exactas de los manuscritos, versiones y citas, y determinar la composición, fecha paternidad literaria, y valor histórico, según se encuentra juzgado por la evidencia interna. Se divide en dos clases o dramas principales: La Critica Baja, y La Critica Alta. Estas también reciben los nombres de Histórica y Textual, respectivamente como su nombre lo indica, la Crítica Textual es la que se encarga de verificar la exactitud del texto bíblico.
Hoy en día existen alrededor de 5,338 copias completas o en parte, copiadas a mano, mas cientos de copias de algunas de las primeras traducciones hechas, mas la evidencia de las citas bíblicas en los escritos de los padres de las iglesia primitiva. Sin embargo no existen dos copias que sean exactamente iguales, y mientras más grande sea el número de copias, mayor será el número de diferencias (o variantes) entre ellas.
Por lo que toca a la crítica histórica, se ocupa de trabajar empleando los resultados de la critica textual aceptando como un hecho que se posee el texto correcto, procede a confirmar las afirmaciones que el texto hace en relación con su paternidad literaria, a la fecha en que se escribió, la veracidad de su mensaje, la unidad de su estructura literaria, y declaraciones similares. Para tal efecto es preciso elegir primeramente un libro que constituya la unidad básica de estudio. Luego realizaremos el estudio investigando las siguientes áreas.
1.- Paternidad Literaria ¿Quién fue el autor del libro?
2.- Destinatario ¿A quién se escribió?
3.- Lugar ¿En dónde se escribió?
4.- Fecha ¿Cuándo se escribió?
5.- Propósito ¿Cuál era el objetivo del autor?
Para establecer la paternidad literaria de un libro de la Biblia, es necesario depender de las evidencias que encontraremos dentro y fuera de él.
En ocasiones es fácil determinar el destinatario, es decir, la persona o personas a quienes se escribió el libro.
Pocos libros de la Biblia mencionan dónde fueron escritos.
Las fechas en que se escribieron los libros de la Biblia si son de importancia estratégica, ya que con frecuencia se encuentra íntimamente ligadas al problema de la paternidad literaria.
Por último, nos interesa descubrir el propósito que el autor haya tenido al escribir su libro.
EL METODO TIPOLOGICO.
Este no es para los aprendices. No recomendamos su uso cuando, apenas se comienza a conocer el contenido de la Biblia. Más bien, para ponerlo en prácticas se exige un conocimiento completa de las Escrituras.
La palabra tipológico, proviene del verbo griego tupo que significa golpear, y del término tupcoV, que quiere decir la marca de un golpe, una impresión, forma o tipo. Por lo que toca a las diversas clases de tipos, debemos mencionar seis: de Personas, de instituciones, de oficios, de acontecimientos, de acciones y de cosas.
Algunas recomendaciones fundamentales que se deben tener en cuenta para este estudio son:
1.- Estúdiense las reglas de la Hermenéutica sobre la tipología.
2.- Princípiese con los tipos más sencillos. Por ejemplo los que se hallan en Exodo 12 y 1 Corintios 5:7,8.
3.- Conserve discreción y sentido común.
4.- Recúrrase a todas las referencias bíblicas que sea posible para respaldar la interpretación de un tipo dado.
Para aquella persona que desee lanzarse de inmediato a poner en práctica este método, le podemos sugerir los siguientes temas donde encontrará abundante material de esta naturaleza: Adán como tipo de Cristo; Abraham como tipo de Dios; el sacrificio de Isaac y el sacrificio expiatorio de Cristo; José y la vida de Jesucristo.
EL ESTUDIO DE LA BIBLIA SEGUN SUS TEMAS
El estudio de la Biblia encierra tres graves peligros.
El primero consiste en el empeño de conocer su contenido, apoyados solamente en la inteligencia, y dependiendo del esfuerzo propio.
Un segundo peligro reside en estudiar la Biblia por un sentimiento de deber religioso. Hay quienes la estudian creyendo almacenar méritos, y en esa forma agradar a Dios. Otros lo hacen movidos por la creencia de que es su deber destilar toda la información posible contenida en sus páginas. El autor del Eclesiastés escribió: "El mucho estudio es fatiga de la carne", (Eclesiastés 12:12), y Pablo agregó: "La letra mata...." (2 Corintios 3:6). La Biblia no se debe estudiar como un fin en sí misma, sino como un medio para un fin. No es un libro que tan solo se tenga que leer y aprender, sino más bien, uno que se tiene que vivir. Los métodos de estudio bíblico pretenden enseñar al estudiante la manera de adentrarse en la Escritura, con el propósito de que aprenda a vivirla y no solamente a recitarla.
Y el tercer peligro grave consiste en estudiar la Biblia olvidando que fue escrita con cierto propósito primordial revelarnos a Jesucristo como salvador del hombre. El apóstol Pablo declara que el evangelio de Dios es "Acercar de su hijo" (Romanos 1:1,3), y especialmente el ministerio del Espíritu Santo se encuentra enfocado a este mismo fin.
Cristo declaro: "El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber" (Juan 16:14).
EL TEMA BIOGRAFICO.
Este puede resultar un estudio altamente provechoso e inspirador. Se ha calculado que la Biblia menciona cerca de tres mil personajes diferentes, cada uno de ellos con sus características específicas.
Quizá una de las razones por qué resulte tan fructífero este sistema, se ha debido a la verdad variedad de los personajes bíblicos. Se habla tanto de hombres como de mujeres y niños; los hay valientes y cobardes, perversos y santos; algunos alcanzaron gran renombre, otros permanecieron en la oscuridad; de algunos se narran extensas e interesantes biografías, mientras que otros prácticamente se pierden en el anonimato. Pero lo de ellos se narra, constituye una rica fuente de conocimientos en relación con el plan de Dios para la humanidad.
1.- El nombre, lo primero que nos interesa es el nombre.
2.- Los rasgos físicos, no hay que abrigar esperanzas de encontrar mucha información a este respecto.
3.- Antepasados y descendientes, en esta sección la búsqueda tiene que ver con las características de los antepasados y los descendientes del personaje.
4.- Su niñez y juventud, aquí se estudia ya directamente la vida del individuo, buscando acontecimientos o influencias que en una forma u otra moldearon su carácter e influyeron decisivamente en la trayectoria posterior de su vida.
5.- Su ocupación Estudiemos ahora su trabajo. Encontraremos que éste encierra buen número de facetas diferentes; por ejemplo. Los lugares donde trabajo.
6.- Carácter. Lo que más importa de un hombre no es lo que hace, sino lo que es; por tanto, su carácter es un aspecto clave del estudio.
7.- Su vida espiritual. En gran parte elegimos a un personaje para estudio por las lecciones que su vida espiritual nos pueda ofrecer.
8.- Influencia en su vida. Aquí dedicaremos tiempo a la consideración de todas aquellas influencias ejercidas sobre la vida de nuestro personaje por individuos, circunstancias y fuerzas que modelaron su vida y al final jugaron un papel definitivo en sus decisiones.
9.- Su influencia sobre los demás. Los hombres no son sólo receptores pasivos de los efectos de circunstancias, fuerzas o personas, sino que voluntaria o involuntariamente también una influencia definida sobre quienes los rodean.
10.- El pecado en su vida. Parte de la experiencia espiritual del individuo es, claro está, sus luchas con el pecado.
11.- Conclusiones. Al estudiar los puntos anteriores, habremos acumulado considerablemente información sobre el personaje bajo estudio.
EL TEMA HISTORICO.
La Biblia se ha constituido en un infalible libro de historia para esos estudiosos. No fue escrita con ese fin, pero sus narraciones se han verificado a través de los siglos, encontrándoseles siempre veraces.
Para el progreso en la aplicación de este método, se recomienda un procedimiento similar al sugerido para el sintético; esto es, principiar con lo general, y avanzar paulatinamente hacia lo detallado y minucioso, en este caso, la primera área de estudio será la Biblia entera. Con esto queremos decir que debemos primero ubicarnos históricamente en relación con todo el período bíblico, antes de concentrar nuestra atención en el pasaje que específicamente nos interesa.
Una vez que contemos con el cuadro histórico general, podremos realizar un estudio más detallado. Este se puede efectuar de tres maneras principales.
Primera, dedicándonos al estudio de un periodo especifico de la historia bíblica. Por ejemplo, el tiempo de los jueces aquí es posible adentrarse en los detalles y circunstancias de este lapso de la historia de Israel. El reino de Salomón sería otra época rica en enseñanzas.
La segunda forma es estudiar la perspectiva histórica de un solo libro. La comprensión exacta de algunos de ellos, en gran parte depende de los antecedentes que poseamos sobre los eventos que allí se narran.
Por último se puede someter un solo capítulo al análisis histórico. Cuántos emocionantes descubrimientos nos esperan al estudiar en esta forma, por ejemplo, el capítulo 6 de la profecía de Isaías. Llegaremos a comprender por qué el profeta principia el capítulo aclarando: "En el año que murió el rey Uzías..."
EL TEMA PROFETICO.
Para muchos cristianos, hablar de profecía significa perder tiempo. Es importante y aun urgente, que nos entreguemos a un estudio serio de la profecía bíblica. Además, no menos que una tercera parte de la Biblia está dedicada a asuntos proféticos, de tal manera que si en verdad nos interesa llegar a conocer la Palabra de Dios, irremisiblemente nos veremos obligados a dedicar una buena parte de nuestro tiempo a ellos.
Profecía es la proclamación de la voluntad de Dios para los hombres, y en ocasiones incluye el anuncio de algún evento futuro como parte del cumplimiento de esa voluntad. La profecía no es la bola de cristal de Dios dada a los hombres para saciar su curiosidad. Es la proclamación de la voluntad de Dios para los hombres, y en ocasiones incluye el anciano de algún evento futuro como parte del cumplimiento de esa voluntad. La profecía no es la bola de cristal de Dios dada a los hombres para saciar su curiosidad. Es la proclamación de su voluntad soberana y amorosa para toda la creación, y su llamamiento a un pacto de fidelidad con el pueblo que es llamado por su nombre, y el cual está listo para seguirlo son el conocimiento previo de hacia donde le lleva. La esperanza que se ve, no es esperanza. Romanos 8:24. Hoy día, la iglesia necesita la profecía más que nunca, no para condenar a los paganos, ni para satisfacer una curiosidad necia, sino para despertar un sentimiento de insatisfacción con nuestra propia situación, y para encender los corazones tibios con una esperanza vital en el glorioso mundo futuro de Dios, el cual será dado a conocer en la aparición de nuestro Señor Cristo Jesús.
Estudiar la Biblia siguiendo este método significa la lectura repetida del libro o porción deseada. Aún cuando en la primera lectura parezca un confuso laberinto de ideas, personajes, lugares, etc., no debemos desmayar, sino seguir leyendo hasta lograr organizar su contenido.
1.- Es de gran importancia ubicarnos en el medio ambiente del profeta.
2.- Se busca también los temas principales del pasaje.
3.- La descripción de la personalidad y las características del mensajero también interesan.
4.- Durante lecturas subsecuentes anotaremos lo más posible, la cronología del pasaje profético.
5.- Ahora enfocaremos la atención sobre los individuos a quienes se dirigió el mensaje de Dios por boca del profeta.
6.- Se debe buscar también los propósitos que Dios haya tenido para enviar a su mensajero.
7.- Enseguida se debe trabajar exclusivamente en los mensajes proféticos.
8.- El siguiente paso será comparar cada mensaje con pasajes similares o paralelos en otras partes de las Escrituras.
9.- Por fin arribamos a la delicada tarea de clasificar el contenido de los distintos segmentos de la porción bajo estudio.
A.- Los pasajes proféticos y los didácticos.
B.- Los mensajes que ya se hayan cumplido, o los que aún están por cumplirse.
10.- Una vez formado un criterio sobre el mensaje de la profecía, resta solamente elaborar las conclusiones y aplicaciones personales.
EL TEMA TEOLOGICO.
La teología no es más que el estudio de las enseñanzas contenidas en la Biblia. Frecuentemente se le denomina también como la ciencia que estudia a Dios.
Se denomina ciencia a la teología porque consiste en hechos o verdades relacionadas con Dios y las cosas divinas, presentadas en forma lógica y ordenada. El vocablo religión se deriva de una palabra latina que significa ligar; en otras palabras, la religión representa aquellas actividades que ligan al hombre a Dios en cierta relación. La religión es una práctica, mientras que la teología es conocimiento. La religión y la teología deben marchar unidas de la mano en la experiencia bien equilibrada; empero en la práctica son separadas a veces, de manera que no puede ser teólogo sin ser verdaderamente religioso, y por otra parte, uno puede ser verdaderamente religioso sin poseer un conocimiento sistemático de las verdades doctrinales.
El material con el cual trabaja la teología es la Escritura. Es la Biblia la cantera de donde se desprenden las verdades gloriosas utilizadas en la construcción del edificio de la doctrina cristiana.
Si como hemos dicho antes, la Biblia es la base de la doctrina del cristianismo, es imprescindible que el cristiano, además de otros métodos practique el teológico, buscando cimentar debidamente su fe, y a fin de presentarle un fundamento sólido a sus creencias. Especialmente el pastor, el predicador, el maestro o el misionero, deben familiarizarse con esta forma de estudio, pues de ello dependerá en mucho la solidez de su predicación y enseñanza. Para estudiar la Biblia de acuerdo con este sistema, se ponen en práctica cuatro pasos definidos. Cada uno de ellos, a la vez que es progresivo, pretende llevar al estudiante a la médula doctrinal de la porción elegida.
1.- El descubrimiento. No es raro que leamos muchas veces algún pasaje bíblico sin percatarnos de que contiene profundas enseñanzas doctrinales.
2.- La comparación. La lista de enseñanzas doctrinales que hayamos compilado en el proceso anterior, servirá para iniciar la labor de confrontación entre las diferentes declaraciones del texto.
3.- La organización. Reunidas ya todas las enseñanzas doctrinales de un segmento bíblico, el siguiente paso consistirá en su organización.
4.- La interpretación. El último paso en el método teológico, consistirá en encontrar el significado de las palabras del escrito.
La manera de obtener el significado de las palabras en el pasaje, es por medio del contexto.
EL TEMA DEVOCIONAL.
Se conoce este método con el nombre de "devocional", porque acentúa el estudio con el fin de producir la edificación de la vida espiritual del cristiano, llevándole a una experiencia más real de su conocimiento de Dios y de su entrega personal a él.
Este tipo de estudio lo podemos practicar cuando menos de cuatro diferentes maneras:
1.- Progresivo. Para un gran número de cristianos, estudiar la Biblia significa únicamente leerla progresivamente de Génesis a Apocalipsis.
2.- Práctico. Una segunda forma de realizar el estudio devocional, consiste en analizar pasajes que sean adecuados a nuestro interés o a nuestra necesidad espiritual.
3.- Pastoral. La vida cristiana no es una emoción momentánea; es un proceso que dura toda la vida.
4.- Personal. Las Escrituras serán a nuestro corazón dulces como la miel, sólo en la medida en que logremos localizar entre sus páginas a Jesucristo, el Hijo muy amado del Padre, en el cual él tiene su contentamiento.
Una vez elegida la porción que deseamos estudiar, la cual puede ser un libro, un capítulo, un párrafo o un versículo, procedemos a establecer primero la similitud entre las circunstancias en que vivían los personajes del pasaje, y las de los tiempos de Cristo.
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